En este blog ya hemos abordado muchas de las razones y características que hacen que los servicios de secretariado virtual sean extremadamente convenientes, sobre todo para profesionales y pequeñas empresas u organizaciones. El auge de este tipo de servicios indica además que existe una aceptación en aumento entre Pymes lo que indica que la secretaría virtual se está asentando. Sin embargo, siendo honestos, tenemos que recalcar que uno de los aspectos que preocupan previamente a la contratación de un servicio de telesecretariado es si podemos confiar en la confidencialidad de las personas que gestionarán nuestras llamadas y nuestra agenda. Es lógico que surjan este tipo de dudas cuando estamos dejando en manos de terceros una parte operativa muy importante de nuestra empresa. Evidentemente los datos confirman que se puede estar seguro. ¿Por qué?
Como ya hemos especificado en posts anteriores, los asistentes virtuales o telesecretarias son personas de carne y hueso con las que, aunque no tengamos contacto presencial, si que podemos interactuar y relacionarnos. La mayor parte de las veces el miedo surge de dicha falta de “presencialidad” que implica que no conozcamos la cara de las personas que se encargan de atender nuestras llamadas o de gestionar nuestra agenda. Sin embargo siempre es posible tener una relación fluida con nuestra empresa de telesecretariado ya sea a través del correo electrónico, por teléfono o por alguna de las plataformas de mensajería instantánea existentes. De hecho una vez superado el miedo inicial comprobará como se se comunica con su secretaria virtual casi más rápido que con algunos de sus colegas de trabajo “presenciales”. Y lo mejor de todo, las ventajas que se consiguen son muchísimo más relevantes que los miedos iniciales que puede generar el servicio.